Carta a mis “malas” alumnas

Oct 20, 2025 | Cambios de perspectiva

Está cartita la escribo en respuesta a los mensajitos que ocasionalmente recibo por parte de mis alumnas y clientas en los que me dicen que retroceden, que no son buenas alumnas o que iban bien pero luego algo pasó y ahora ya no van bien.

A veces no sé qué contestarles porque no quiero que mis respuestas se queden en lo cliché o motivacional. A veces me siento protectora de sus corazones y quisiera poder cuidarlas y que no se lastimen, pero sé muy bien que estos procesos son individuales y que cada una tiene que recorrer su propio camino. 

A veces no encuentro las palabras para explicarles que no existe tal cosa como una mala alumna y que no existe tal cosa como el retroceso.

Tampoco sé cómo expresar que, aunque esta percepción de una misma está distorsionada, entiendo muy bien ese sentir porque yo también lo sentí cuando estaba atravesando la etapa más dura de mi vida, que además duró muchísimo, y yo sentía que llevaba años ahí y que por más que me esforzara y me esforzara en buscar ayuda y coaches y terapeutas y por más que estudiaba y compraba cursos y probaba una cosa y probaba la otra, yo sentía que no avanzaba. Y lloraba y lloraba y me desesperaba muchísimo y cuando llegaba la noche yo pensaba diosito cuándo voy a salir de esto… ¿cuándo mi vida será otra? Y así estuve años y años y a veces tampoco me gusta contar esta historia porque sé que se lo pueden tomar como que si a mí me tomó años entonces a ustedes también, y no es así porque cada quién está recorriendo su propio camino

Así que vamos a hablar sobre qué significa avanzar, qué significa retroceder, cómo se si voy avanzando en la dirección correcta y cómo sé que estoy haciendo las cosas bien.

Sentirse bien dos días y mal tres. Retroceder, hacerlo mal y luego sentirse mejor. Pero luego sentirse mal otra vez.

Es absolutamente normal –y parte del viaje– sentirse de todas las formas. Sentirse a veces bien y a veces mal. Sentirse en la mañana bien bien bien y en la tarde mal mal mal mal mal.

Cuando estamos aprendiendo a manifestar, especialmente cuando se trata de algo que todavía está fuera de lo que consideramos normal y cotidiano es casi seguro… casi un hecho….. CASI UN EVENTO QUE PUEDES ANTICIPAR que te vas a sentir mal, que vas a dudar, que vas a dejar de querer la cosa y luego volverla a querer. Que te vas a hacer preguntas. Y yo sé que quisieras que no fuera así, quisieras dejar de sentirte como te sientes a veces. Y eso sería súper ideal, pero no es lo más común.

Lo natural es sentir de todo. Puedes permitirte a ti misma dejar de luchar con estos sentires y aceptar, desde el amor, que te vas a sentir de muchas formas, no sólo durante el proceso de manifestar algo importante, sino a lo largo de la vida: a veces estarás optimista y a veces dudarás muchísimo y te preguntarás si realmente esto es lo que deseas. A veces te sentirás en la cima del mundo y otras veces sentirás que te abruma todo lo que te rodea. La vida está llena de matices y de colores y de vivencias y tonalidades. La vida tiene muchos paisajes y rutas y recorridos. Y vivir es eso: es experimentar el amor, la tristeza, el duelo, la pérdida, la consecución.

Sentirte de todas la formas no afecta negativamente tu manifestación ni representa ningún retroceso. Puedes sentirte mal y aun así manifestar tu deseo. Puedes dudar y aun así manifestar tu deseo. Puedes estar indecisa y aun así manifestar tu deseo. Puedes creer que retrocedes y aun así manifestar tu deseo. Puedes tener el corazón roto y aún así manifestar tu deseo. 

Nada puede impedir tu deseo, mas que lo que tú decidas.

Sólo tú puedes decir que no a experimentar el deseo. Aun cuando sientes retroceso, estás avanzando porque siempre estás avanzando porque siempre estás viviendo.

Cada instante es una oportunidad para elegir ser la versión de ti que ya lo tiene.

Si lloraste hace cinco minutos, no importa. Si te peleaste con tu persona específica hace una hora, no importa. Si fue hace treinta segundos, tampoco importa. Si te bloqueó hace cinco años, tampoco importa. Si la persona es un desconocido que no sabe quién eres, no importa. El mecanismo de la manifestación siempre es el mismo y te recomiendo estudiarlo y comprenderlo muy bien (por eso yo siempre las mando a estudiar mis cursos).

Lo único que importa es quién eres en este instante. Y cada instante es un nuevo instante, cada momento es un nuevo presente, un nuevo aquí y ahora.

Siempre está disponible para ti la oportunidad de elegir ser la versión de ti que ya lo tiene. Pero tienes que darte el permiso de dejar de ser la versión anterior. Tienes que darte permiso de soltar el pensamiento obsesivo y dejar de castigarte reviviendo escenas mentales que te hacen daño, y dejar de convencerte a ti misma de que lo que tú deseas está prohibido o fuera de tu alcance, porque todos esos pensamientos te mantienen siendo la versión de ti que no lo tiene y lo que tiene que pasar es que comiences a ser la versión de ti que YA LO TIENE.

”Hacerlo bien” es darte cuenta de que si hace un instante no elegiste ser la persona que ya lo tiene, puedes elegirla ahora. Es aceptar que puedes modificar la versión de ti misma que te das permiso de ser, en cada momento. Es comprender que puedes ajustar quién estás siendo internamente y que cuentas con la facultad de guiarte a ti misma hacia un mejor estado. Es reconocer que tienes el poder de vivir la vida desde la perspectiva de la persona que serías si ya tuvieras el deseo cumplido.

“Hacerlo bien” es abrir tu corazón una y otra vez. A tu deseo, a ti misma y a la vida. Es darte cuenta de que aun si te cerraste por miedo y te contrajiste porque la vida te asustó, puedes, bajo tus propias instrucciones y tu propia valentía, volverte a abrir.

Entre todos tus ires y venires, subidas y bajadas, dudas, inseguridades, optimismos, claridades, certeza, miedo, risa, triste, llorar, quiero, no quiero, no se lo merece, sí se lo merece, yo no me lo merezco, sí me lo merezco… tan pronto puedas, elige nuevamente ser la version de ti que ya lo tiene.

Da igual si se lo merece, si no se lo merece. Si debería, si no debería. Si ya estaría aquí si lo estuvieras haciendo bien. Si lo estás haciendo mal y por eso no está aquí. No importa si esto, o si el otro. La práctica siempre es la misma:

Considerando el escenario que yo más prefiero… ¿quién soy yo ahí? ¿Qué sé acerca de mí misma en ese escenario? ¿Qué pienso sobre mí y el mundo? ¿Qué pienso sobre los demás? ¿Qué pienso sobre lo que deseo? ¿Qué siento? ¿Cómo me comporto? ¿Cómo hablo? ¿Cómo me siento?

Y más importante, aquí y ahora, sin evidencia externa, ¿puedo permitirme internamente ser ella? ¿Puedo permitirme ver el mundo desde sus ojos? ¿Puedo permitirme expresarme desde su autenticidad? ¿Desde su alegría? ¿Desde su gratitud? ¿Desde su apreciación por lo que es? ¿Puedo, internamente, darme permiso de ser ella?

ASESORÍAS, CURSOS Y CLASES DE MANIFESTACIÓN

error: Content is protected !!